domingo, 19 de febrero de 2012

De lo efímero y otras verdades


Nos obsesionamos cada vez que durante más de un mes seguido observamos lo mismo.
Tendemos a considerar que la situación que atravesamos en cada momento ya no tiene remedio, que no existe alternativa, sea ésta positiva o negativa. Si el tema admite un análisis de elevado corte, abundarán entonces enconados debates en los periódicos, donde prestigiosos analistas se enfrentarán al público tratando de explicar mejor que sus colegas los componentes eternos y novedosos del mundo que nos toca vivir.

Por ejemplo, no hace tanto tiempo que era obligado hablar por doquier del inagotable ciclo alcista de la vivienda. Compra, compra compra... que es una inversión segura, nos decían sin cesar.
Cuando el boom especulativo brillaba en el horizonte, las arcas públicas rebosaban triunfantes en la fiesta. ¿Qué hacer entonces con los superávit fiscales? Cientos de artículos proponían ideas para aprovechar estos efectos del modelo económico de crecimiento ilimitado.
Ahora hay crisis. Desde el desayuno los titulares que literalmente nos arrojan contra nuestras personas pretenden mantenernos en un estado de conmoción permamente. Estamos convencidos de que se trata de una de las peores depresiones de los últimos 150 años, que el mundo que renazca de esta situación tan horrosa será radicalmente diferente. Va a haber cada vez más paro, más deuda, más impuestos, más recortes...

Ojalá fuéramos un poco más críticos con lo que nos ponen en bandeja. Probablemente nos sorprenderíamos de algunas reflexiones, si es que todavía no hemos perdido la capacidad de sorprendernos.

sábado, 7 de enero de 2012

España, Octubre de 2015 (y II)



Nos hemos quedado muy solos. Ha sido más de lo mismo, de lo de siempre, de la misma inutilidad que jamás nos ha llevado a nada, por mucho que nos haya dado sospechos frutos a muy corto plazo. No sabíamos cómo hacer pagar a los perjudicados por la crisis y, por eso, hemos puesto a gobernar a sus causantes.

Empezando por el ladrillo. Otra vez recurriendo a la construcción como reclamo de modelo de crecimiento, con trabajo fácil de escasa calidad y menor productividad. Apenas llevó dos años acabar con el ingente parque de viviendas sobrantes, gracias a las ventajas fiscales asociadas a la compra y la eliminación de los privilegios del alquiler. Se vuelve a edificar y se han reanudado magnos programas de urbanización de barrios enteros. Comenzaron a construirse nuevas sedes de registros, concejalías adjuntas, secretarías de evaluación, consergerías de información y otras instituciones de suma importancia porque los funcionarios ya no cabían en sus anteriores ubicaciones. No llegaron a pensar que quizá eran ya demasiados y por eso no cabían. Mientras tanto, siguen chupando del bote los de siempre. Mejor dicho, más todavía. Nadie se ha querido mover para poder seguir saliendo en la foto.

Por lo demás, a las grandes empresas no les ha ido tan mal. Los trabajadores simplemente han estado acongojados ante el rosario de reformas que les ha reducido derechos e impuesto nuevas obligaciones hacia Hacienda. Está el percal como para hacer el tonto y jugarse el puesto. Perder el trabajo es también probablemente perder la salud. La sanidad pública ha pasado a ser una sanidad de pobres y a este ritmo se terminará por reconvertirse en una pobre sanidad. No critico las deducciones por los seguros médicos privados, pero han venido acompañados de recortes masivos en centros de salud y hospitales de referencia, que ya no garantizan una asistencia certera en caso de no estar cotizando.

Recortes ha sido la palabra de moda. Ya nos han venido preparando los medios de comunicación a lo largo de meses, años quizá, para decirnos desde el desayuno que la cosa estaba muy mal y que a partir de ahí se podía justificar casi cualquier medida. Parece que el fin de la política es el recorte en sí mismo. Ya no se sabe muy bien para qué. En contraposición, la economía sumergida brilla cada vez con más fuerza, de manera que se pueda evitar una presión fiscal ya asfixiante.

Decenas de miles de jóvenes recién titulados han emigrado hacia otros países, fundamentalmente de habla inglesa. El desánimo generalizado por las escasas posibilidades de encontrar un trabajo decente remunerado en más de 1000 euros ha dado el último empujón a una generación que reniega de su propio país y que no asigna recursos para apoyar sus ideas empresariales. Quedarse aquí tampoco es la mejor opción. El matrimonio homosexual ha sido reenfocado hacia una suerte de unión civil con efectos únicamente contractuales. Parece además que la Iglesia, más concretamente sus sectores más reaccionarios, dicta la política educativa. Correr queda, pues.

Y poco más que decir, puesto que no ha cambiado nada, salvo lo que en la primera década del nuevo siglo se había desviado de la senda señalada por nuestro señor. Total, la crisis fue heredada, de dimensiones internacionales y peor de lo que nos estaban contando. Tampoco podíamos haber hecho mucho más.

jueves, 5 de enero de 2012

España, Octubre de 2015 (I)


Han sido cuatro años con unos resultados extraordinarios. El país está que no lo reconoce ni la madre que lo parió.

Los cambios se han podido apreciar en todos los ámbitos. España es ahora más moderna, dinámica, creativa, atractiva. Se percibe incluso en los ánimos de la gente, mucho más ilusionada. Y sobre todo los jóvenes, que tienen a su disposición un cúmulo de posibilidades de futuro. Ya da igual de donde vengas, pues la recompensa real vendrá a partir de los esfuerzos vertidos y de la valía demostrada.

Se han realizado reformas estructurales, incluso en algunos sectores tabú, como la educación. Por fin se ha logrado un gran pacto de estado, que evite las disputas políticas sobre un tema trascendental. La enseñanza obligatoria ha prescindido de la religión, que ha pasado a ser dictada en las parroquias, y ha limitado mucho el abandono prematuro. Las universidades, que han visto reducido su número tras numerosas fusiones, están más enfocadas al mundo empresarial, sin perjuicio de la necesaria corrección en materia de humanidades. Y la Formación Profesional ha logrado el prestigio merecido, dando lugar a una envidiable generación de trabajadores.

Para completar la reforma del llamado estado del bienestar, se ha regresado a un sistema nacional de salud, que optimiza recursos y potencia centros regionales de especialización. Se ha creado una red estatal de hospitales públicos bajo gestión privada, que ha demostrado mantener la calidad a menor coste. En lo que toca a las pensiones, se han dado decididos pasos para avanzar hacia un modelo subsidiario de capitalización.

Algunos cambios han sido posibles gracias a una redistribución de competencias entre las administraciones públicas de la República. El Estado Central se ha hecho con la dirección y seguimiento de las políticas básicas de común aplicación. La desaparición de las Diputaciones Provinciales y la transformación del Senado en Cámara de representación federal han contribuido a su vez a la racionalización de la estructura orgánica.

Los Ayuntamientos han visto mejorada igualmente su capacidad recaudatoria, sin necesidad de reanudar la especulación con el suelo. Gracias a este avance, la vivienda ha dejado también de resultar un problema para la mayoría de los ciudadanos. A ello hay que unir el hecho de que el Estado ha adquirido a los bancos el parque inmobiliario que tenía enquistado. Todos los pisos están siendo colocados por una sociedad pública de alquiler, gestionada por un conglomerado de sociedades que ganaron los respectivos concursos provinciales que se convocaron. Se ha decretado a su vez la dación en pago con efectos retroactivos.

Por otro lado, como había excesivas infraestructuras sin utilizar, se les ha buscado alternativas muy golosas. Los favoritos han sido los aeropuertos sin aviones, reconvertidos en bulliciosos viveros de empresas cargados de grandes ideas. La mayoría han aprovechado la ingente lluvia de ayudas a las nuevas pymes y la financiación sin coste proporcionada a los proyectos innovadores. Y al calor de este ambiente favorable al emprendedor, grandes multinacionales han instalado en nuestro territorio sus bases de expansión hacia nuevos mercados.

Por tanto, se ha logrado un gran despegue general. Pero, lo que es más importante, se ha dejado preparado el país para devolverlo a los primeros puestos mundiales de renta per cápita y de calidad de vida. Las reformas ya han contribuido a mejorar las cifras de paro apostando fundamentalmente por la calidad del empleo. Además, existe ahora una única modalidad de contratación, fija y con acumulación progresiva de días de compensación según antigüedad. Los horarios laborales también son más razonables y se permite conciliar mejor la vida personal.

Y si económicamente las cosas han ido bien, socialmente tampoco nos podemos quejar. Se ha asentado una clase media acomodada, sensible y de mentalidad progresista. Se ha fomentado fiscal y moralmente la creación de fundaciones que atienden de forma útil necesidades de todo tipo. Y un último ejemplo: los matrimonios al margen de la iglesia ahora se llaman uniones civiles, con independencia del sexo de los contrayentes.

Magnífica, por tanto, la experiencia. España ha sido puesta por las grandes instituciones internacionales como modelo del camino a seguir para lograr una transición hacia un nuevo concepto de desarrollo. Gran experimento.

viernes, 9 de septiembre de 2011

No nos falles


Aquel 14 de Marzo llegué tarde, como de costumbre. Todavía no estaba empadronado en Madrid, por lo que regresaba de Palencia en el tren, pues siempre me pareció demasiado aséptico votar por correo. Mientras escuchaba los primeros resultados electorales e Iñaqui Gabilondo no terminaba de dar crédito a lo que estaba pasando, la gente ya se comenzaba a aglomerar en la calle Ferraz. Sin embargo, el trío la la la llegamos cuando ya celebración oficial ya había finalizado y la muchedumbre se retiraba hacia las calles adyacentes. Pero nos dio tiempo a observar los mensajes que mayoritariamente se intentaban transmitir al que estaba destinado a gobernarnos durante los siguientes cuatro años. Las pancartas más abundantes decían "No nos falles". He captado el mensaje, creo que respondió él.

Fuimos fundamentalmente los que éramos jóvenes entonces los que depositamos una gran expectación ante el cambio que se acababa de producir. Al fin y al cabo, el periodo anterior fue tan memorablemente absurdo que, a nuestro parescer, cualquiera tiempo futuro sería mejor. Hablábamos de mayor respeto hacia la ciudadanía en general, hacia sus necesidades verdaderas. Queríamos que no nos tomaran el pelo ni se inventaran falsas polémicas que desviaran la atención de lo que de verdad era importante. Deseábamos ver a un humano en la presidencia del gobierno. Todo ello a pesar de que en las muy interesantes comidas con el hermanísimo y marqués consorte pronto aventuramos que a los socialistas les había tocado la putada de siempre: lidiar con la hecatombe socio-económica que se avecinaba sin ninguna duda.

Las primeras medidas, los primeros tiempos, supusieron casi un orgasmo emocional. No parecía posible que el Poder se estuviera ejerciendo de forma tan noble, cercana, razonable y, sobre todo, coherente con la integridad personal de quien lo ostentaba. Dejando de lado todo un devenir cargado de vicisitudes varias, llegamos al momento actual. Creo que nadie es tonto y entiende perfectamente las circunstancias excepcionales que estamos atravesando. Una gravísima crisis (de confianza o psicológica, en primer lugar) que ha derivado en el rendimiento definitivo de la política ante las directrices del economicismo neoliberal más recalcitrante. Se podían haber adoptado medidas más radicales, tales como prohibir agencias de calificación, que juegan, literalmente y siendo parte interesada, con el bienestar de millones de ciudadanos sin el menor escrúpulo. No voy a enumerarlas. Por el contrario, se ha cedido al chantaje de lo que ahora llaman los mercados, como si éstos de verdad estuvieran movidos por la mano invisible de la que hablaba el maestro. Algunos dirigentes de instituciones internacionales y de países extranjeros también deben formar de ese conglomerado del que emanan tantas bienaventuranzas. Y así introducimos con agosticidad una cláusula en la Constitución que acaba, por la vía de urgencia y sin debate, con una polémica que lleva circulando en el ámbito académico económico durante los últimos 80 años.

Estoy convencido del dolor que te habrá causado el tomar determinadas decisiones recientes. Incluso es probable que, con el tiempo, todo esto se valorará desde otra perspectiva y saldrás mejor parado. Pero, recuerda, no os fallaré, dijiste, compañero.


domingo, 10 de julio de 2011

La perdición



C'est fini. Raro todo, con vuelta a las andadas incluida. Por algo será. Uno, dos y tres (al cuadrado). Y para de contar. Aunque también puede ser el inicio de una nueva carrera en la que tengo dudas de querer participar. Nunca se sabe hacia dónde dirigirá el haz de luz multicolor.

Muy raro todo, o quizá demasiado claro. Qué se le va hacer, con todo lo que hay que hacer. Tampoco estoy para pensar, con todo lo que he dejado de contar. Es domingo y esto no da para más, y no sólo porque se trate del final de la semana.

viernes, 20 de mayo de 2011

Pelo mediterráneo


Están ahí para especular sobre el modelo ecónomico.
Para criticar el sistema electoral, que penaliza a los partidos minoritarios.
Para insultar a los políticos que se ríen de los ciudadanos creyendo que se les puede robar y después quedar impunes.
Para desafiar a la justicia manipulada.
Para gritar la proclamación de la III República.
Para protestar por los recortes sociales.
Para luchar por la abolición de toda autoridad.
Para reclamar la desaparición del Senado.
Para debatir sobre la necesidad de reconocer en la práctica la existencia de 15 derechos (de obligaciones no se habla mucho).
Para denunciar la explotación del obrero.
Para exigir una ley hipotecaria que dé un poco menos de vergüenza.
Para defender los servicios públicos.
Para explotar ante su frustración.
Para descansar en algún sitio, ya que no tienen casa.
Para opinar ante cualquier grupo expectante que se sitúe a su alrededor.

Ya sea para especular, criticar, insultar, desafiar, gritar, protestar, luchar, reclamar, debatir, denunciar, defender, explotar, descansar, opinar... Estamos ahí porque ya no nos podemos aguantar. Porque estamos indignados. Porque estamos sometidos a una tomadura de pelo apenas disimulada a partir de la cual tanta gente (también muchos de los que allí se manifiestan) se aprovecha del sistema mientras muchos nos sentimos literalmente robados.

Padecemos una profunda crisis en todos los órdenes: económico, político, social, en fin, crisis de valores. Pero una crisis debe observarse más bien como oportunidad para la emergencia de un nuevo modelo más sólido y acorde con las ilusiones y el talento de todos nosotros, las personas. Se trata de reflexionar, para quedarnos con lo bueno que teníamos y apartar el lastre que nos condujo precisamente a la situación actual. Tendría que salir algo diferente.

No soy muy optimisita respecto a las consecuencias prácticas de estas movilizaciones. Si lo ceñimos al sentido del voto que tendrá lugar el domingo, probablemente incluso reforzará la mayoría prevista para el PP. Y esto equivaldrá a la ventisca que apagará la llama de la tensión, aunque quede el rescoldo. Por otro lado, está claro que no se va a respetar la jornada de reflexión, en cuanto que la JEC es otra de las instituciones que ha quedado en completo descrédito durante estos días, si es que ya de por sí tiene sentido la existencia de una jornada de reflexión. Incluso, si fuéramos serios, se debería solicitar a los partidos que esta noche a las 00:00h retiren de las calles de nuestras ciudades todo cartel en el que nos soliciten el voto. Ya está. Que gane el mejor. Que ganemos todos. Suerte, que os hace falta.

sábado, 23 de abril de 2011

El lamento de lo lamentable



Imaginen ustedes una ciudad con cierto atractivo turístico que durante las últimas décadas se dedica a destruir su patrimonio histórico en aras de la modernidad.

Piensen que esa ciudad quiere promocionar su Semana Santa hasta el punto de que sea declarada de interés turístico internacional. Pero que, en lugar de pasear por las calles esculturas añejas de gran valor histórico-artístico, se dedican a diseñar adefesios que no se los colocaría ni al peor enemigo. Las otras figuras, mientras tanto, se ocultan en la oscuridad de alguna iglesia, cubiertas de polvo y humedad, carcomidas por el abandono.

Supongan que además posee una catedral que no puede resultar más desconocida. Y que quiere conservar su calificativo porque ni las luces interiores se encienden cuando decenas de extraños ocupan su capillas. Mejor que no saquen las linternas, pues apreciarían que las puertas de acceso a las zonas más significativas se encuentran cerras a cal y canto.

Reflexionen acerca de la carencia de feria gastronómica alguna o sobre la ausencia de alguna exposición de entidad en una zona que sólo puede vender cultura. Curiosa también la inexistencia de un programa musical o de cierta representación teatral que sirva para acompañar al visitante en estas fechas.

Si a pesar de todo algún turista despistado se atreve a acercarse a esa ciudad, será recibido con todos los comercios cerrados. Apenas tres días al año los hoteles se llenan, pero sus ocupantes no se llevarán ningún recuerdo, porque las dos tiendas típicas que existen cierran por estos días. Por un lado, las instituciones prohíben la apertura. Por otro, los comercios que tienen libertad de horarios, optan por echar el cerrojo, no sea que los de las procesiones se sientan ofendidos. Gran mentalidad empresarial, sin duda. Allá se pudran.

Cada uno tiene lo que se merece. ¡Un poco más de fuerza, por favor!


domingo, 10 de abril de 2011

No existen las casualidades



He perdido mi bandera republicana. Estaba sacudiendo la constitucional (tenía polvo) y no me di cuenta de que la tricolor estaba también enganchada. Con lo cual, se ha caído al patio y la doy ya por irrecuperable. Un rato después me ha dado por mover muebles y limpiar a fondo. He encontrado debajo los tres últimos lunares de colores que podían quedar en casa. Uno rojo, otro amarillo y otro morado.

Se aproxima el 14 de abril y ocurren estas cosas. Hacía tiempo que no me acordaba.

martes, 5 de abril de 2011

Mientras tanto


Por la mañana entra por la derecha. Por la tarde, también, pero el tren va en sentido contrario. Ha girado a lo ancho del cielo de Madrid, estos días limpio tras las recientes lluvias. Gracias a eso, se refleja con nitidez sobre cuatro torres que reciben y despiden de la ciudad, emitiendo destellos de modernidad.

Aprecio la salida del sol. Disfruto de su puesta. Me lo pierdo durante el día. Cuando podía haber estado podando rosales, recogiendo setas, cultivando hortalizas, cuidando ovejas. Cuando podía haber estado viviendo.


viernes, 1 de abril de 2011

La guerra


Desde hace algún tiempo estamos acostumbrados a asistir a guerras que parecen ficticias, casi de videojuego. El estupor se traslada incluso al lenguaje. Así, se utilizan bonitas rebajas del tono, como hablar de daños colaterales en lugar de muertos no previstos; se nos informa de operaciones de vigilancia y no de ataques aéreos; o hablamos de acciones preventivas cuando en realidad queremos decir asesinatos selectivos. No se hacen declaraciones oficiales de guerra, pero es que ni siquiera se tiene demasiado claro quién es el enemigo, por muy fácil que resulte señalar a quién le toca ser el malo en cada momento. Si no fuera por lo que esconde de verdad, bien podría tratarse de un chiste de Gila.

Leía recientemente, no sin cierta sensación de escándalo, que los jóvenes de hoy no se sienten comprometidos ni integrados en la sociedad que les han diseñado sus antecesores porque ha desaparecido el servicio militar obligatorio y ya no toman parte en los conflictos bélicos que velan por los intereses de su patria. En fin, podrían alojar sus conflictos en cierto lugar del que no me acuerdo. Tampoco hay que asustarse, no pasa nada, pues de vez en cuando nos buscamos algún lugar donde aplicar una "intervención humanitaria" porque un malo está masacrando a su pueblo.

Es el caso de Libia. Horroroso, sin duda, semejante dictador que lleva al frente del país desde hace demasiados años. También tenía esta opinión de él hace unos pocos meses, cuando todavía algunos dirigentes del mundo civilizado eran muy amigos de él y acudían a su jaima a hacerse fotos exóticas, que siempre adornan después en sus tapizados despachos. Aunque en su día se reconvirtió a la bondad absoluta, según una transfiguración que tuvo que ser divina, ahora vamos a por él. Éste precisamente es el momento y seguro que no tiene nada que ver el hecho de que el petróleo cotice de nuevo a más de 100$. Como en sí no queremos involucrarnos sobre el terreno, repartirmos armas entre las masas que conforman su oposición, que tienen una gran tradición democrática demostrada, además de unos planes de futuro harto transparentes.

En cualquier caso, entiendo que habrá sectores libios que estén encantandos con tal ayuda proporcionada por la alianza internacional. Y contentos estaremos todos si aquel personaje se larga a algún sitio oscuro hasta el final de sus días. Y en estos momentos me acuerdo de lo abandonada que quedó la II República en 1936. Todos los países del entorno empezaron a mirar hacia otro lado por no inmiscuirse en lo que consideraban un conflicto interno. Como si el fascismo que se alzó contra un régimen por el que se optó democrácticamente fuera un problema sólo español. Doble rasero, 75 años de diferencia. Estoy seguro de que si hubieran participado entonces, otro gallo cantaría en este Estado que voy a calificar de nuestro, aunque lo considere tan poco mío.



viernes, 24 de diciembre de 2010

Encogimiento


Es difícl escoger un recorrido para correr por Palencia sin salirse del término municipal. Aquí uno se siente como si estuviera en Liechtenstein, con necesidad continua de dilatación. No sé cómo lo hacía Marta en su día. Ahora ya no creo que se atreva a salir a entrenar y no sólo hablo de su estado de buena esperanza. Me ha dado tristeza al comprobar que incluso han quitado su foto de la fachada del Diario Palentino. Lo siguiente será que cambien el nombre del pabellón municipal de los deportes. Hay cosas que son inevitables.

Por lo demás, se ha ido el otoño y se nos ha metido el invierno en los huesos. Se ha ido también la energía. Durante los últimos años viene ocurriendo siempre igual. Mucho frío repentino. Por eso, se agradece cualquier dosis de cercanía y calidez espontánea. Aunque terminen por salir sabañones y tenga la lengua quemada por un caldo ardiente. Parece mentira que sea de Daft Punk una de las canciones de amor más bonitas y acertadas que jamás haya escuchado.



martes, 7 de diciembre de 2010

Reflexiones profundas



La Liga de Fútbol española es cosa de dos. Lo viene siendo desde hace muchos años, con intrusiones esporádicas de algún afortunado, llámese Deportivo de la Coruña, Atlético de Madrid o Valencia CF. Entiendo que en otros países europeos sucece prácticamente lo mismo, puesto que la dictadura de los cánones televisivos ha desembocado en un torneo muy desigual.

Es momento de superar el carácter nacional de la competición. La Champions League, con su sistema de partidos quincenales en la primera fase y duelos a doble enfrentamiento a partir del inicio del nuevo año, tampoco es la solución. Supongamos una liga europea de verdad, con partidos cada fin de semana. Las ligas nacionales no desaparecían, sino que se transformarían en una especie de segunda división, en la que el premio consistiría precisamente en el ascenso al nivel europeo. Cada país tendría una representación mínima en la nueva competición, con un número inicial de clubs proporcional a su peso en la UEFA.

Evidentemente, se pondrán toda clase de excusas patriotas para atacar esta idea. Pero los medios de transporte permiten realizar vuelos continentales sin la menor complicación (salvo huelga de pilotos, erupción volcánica, boicot de controladores, huelga general en Francia, amenaza terrorista, ola de frío polar...). La competición sería más entre iguales. El deporte ganaría. Y el espectáculo sería fabuloso.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sin taxi no hay paraíso


Es difícil encontrar un taxi en la Gran Vía un viernes de finales de Noviembre a las 6 y media de la mañana. Mucha cena de empresa. Muchos locales cerrados. Mucho frío. Resulta complicado.

Aun así, teníamos prioridad en la cola improvisada que se organizó junto a la Red de San Luis. Sin embargo, no asomaban luces verdes ascendiendo desde la Plaza de España. En dirección contraria tampoco. Pero en dirección contraria me encontré con tus ojos. Clavados sobre los míos, entablamos una conversación que no requería palabras.

Cansados de esperar, que no de mirarte, decidimos regresar a casa caminando. Todos, también tú. Nos seguiste un rato, pero no lo suficiente. ¿Hasta dónde podías haber llegado? A veces, un rato no es suficiente.

Es difícil olvidarlo. HOLA.

domingo, 22 de agosto de 2010

Lo que queda


Pocas veces algo en principio tan ajeno a la realidad inmediata me ha afectado tanto. Con la muerte de José Saramago se ha ido uno de los referentes para entender las pequeñas cosas del día a día. Y los asuntos verdaderamente importantes de la vida. Todo ello asimilándolo siempre con una cierta media sonrisa pícara e irónica que suele acompañar su lectura.

Como intuyendo lo que se avecinaba, terminó así su última novela: La historia ha acabado. No habrá nada más que contar. Me resulta incomprensible acudir a la librería de la esquina y no poder comprar ya su siguiente relato. Habrá que revisar las anteriores publicaciones, quizá todavía con más intensidad. Queda tanto por aprender.

sábado, 10 de julio de 2010

La unión



La selección española juega mañana su primera final en un campeonato mundial de fútbol. Este deporte es el único capaz de movilizar prácticamente a todo el país, que se encuentra paralizado durante los últimos días ante la expectación que ha generado el acontecimiento. Tengo sensaciones contradictorias al respecto. Por un lado, está claro que la sociedad necesita alguna válvula de escape ante tanta negatividad que nos rodea últimamente. Pero, por otro, considero excesivo que la noticia de apertura de los informativos sea la predicción del pulpo Paul.

Sea como fuere, un partido de alta tensión ocasiona escenas irreproducibles en cualquier otro escenario. La imagen de un inmigrante de bajo estatus abrazándose con una persona normal y corriente (español y heterosexual), sólo la puede originar la celebración de un gol cuya alegría debe ser compartida.

Espero poder superar esta sobredosis de nacionalismo exaltado, con tanta bandera bicolor colgando de cualquier balcón o cubriendo mínimimante los cuerpos de adolescentes enloquecidos. Mañana iré a ver el partido a Cibeles. Dudo si llevar mi bandera republicana o lo considerarán una provocación.


sábado, 3 de julio de 2010

Último examen


Esta mañana hice el último examen del curso. Me salió normal, ya veremos. Si miro atrás, me cuesta creer que haya sido un año tan prolífico, aunque he acabado muy cansado. Como supongo que habré aprobado todo, me quedan por delante casi tres meses para inventarme el día.

Acostarme tarde, con el Hablar por Hablar. Levantarme a mediodía. Hacer excursiones en bici con mis amigos. Cuidar de la finca. Cerrar los bares. Quizá una escapada. Salir a correr. Escuchar Los 40. Se irá improvisando.

Es una sensación curiosa. Se pasa de la plena actividad, de la intensidad agendada, a la relajación total. Probablemente será el último verano que pueda estar así. No sé lo que me espera por delante. Me da algo de "respeto" cuando me pongo a pensarlo, aunque también lo miro ilusionado. Serán muchos retos que superar, para concluir con una vida estándar. Seguro que será así. Qué otra cosa cabría esperar. Qué otra cosa me dejaría afrontar.


viernes, 2 de abril de 2010

El curso natural de las cosas


Espero que no te parezca mal, me dijo el día que le telefoneé para felicitarle por su 83 cumpleaños.
¿De qué me estás hablando?

Nada, que te he hecho una manta de lana, de ésas que tienen muchos colores. Así, al menos te queda un recuerdo de mí.

No alcanzo a imaginar la sensación que le tiene que envolver a uno cuando llega a cierta edad y tan sólo aspira a no resultar un inconveniente para los que le rodean. Teniendo en cuenta, además, que las personas que te han ido acompañando en tu devenir han ido desapareciendo de manera física. Debe resultar frustrante despertar cada día asumiendo que ya has superado la esperanza de vida que cifran las estadísticas, mientras careces de ilusiones por seguir adelante.

Sin embargo, tendemos a considerar la vejez como algo que afecta únicamente a los demás. Al igual que cualquier otra circunstancia socialmente asociada a algo negativo, cuesta aceptar que puede llegar a tocarnos también a nosotros. Sólo puede.


viernes, 5 de febrero de 2010

Encerrar el calor



En estos días de frío intenso, hay un lugar menos en Madrid donde los homeless pueden sobrevivir a la noche. Hasta ahora, ocupan un goloso cubículo que hace esquina entre las calles Argumosa y Ronda de Valencia, aprovechando la salida de ventilación del Reina Sofía. Al oscurecer, varios sacos de dormir se acomodaban sobre las rejillas metálicas y el espacio quedaba cubierto por un túnel de cartón, que evitara ojos y aires indiscretos. Sin embargo, ya no es posible seguir levantando esta efímera arquitectura, puesto que desde la semana pasada el espacio ha quedado vallado.

Apartado el problema de nuestros ojos, parece menos problema. O teníamos un problema y lo hemos solucionado, como dijeron otros. Quizá al nuevo director del MNCARS le disgustaba la imagen que proporcionaban al museo semejantes cancerberos. Afeaban la estética del entorno. Bien, quizá debería replantearse entonces qué clase de bazofia está mostrando en las salas de exposiciones. Nunca antes el museo había estado tan vacío más allá de los pasillos que albergan a los pintores y escultores ya clásicos (Picasso, Dalí, Saura, Gris, Bacon, Léger, Tàpies, Calder, Chillida, González, Oteiza, Miró...).

Me apena tener que realizar esta crítica, porque sin duda que refleja mi incapacidad para comprender ciertos aspectos del arte contemporáneo. Creo que me quedé simplemente en lo moderno, porque lo actual no me llega.


domingo, 20 de diciembre de 2009

Centralismo meteorológico


La mayor parte de los informativos que se emiten para todo el Estado tienen su sede operativa en Madrid. Esto ocasiona muchas veces distorsiones enfáticas en favor de lo que ha ocurrido en la capital. De esta manera, situaciones muy locales terminan escalando al escaparate global.

Entre ellas, el tiempo suele ser, sin duda, el protagonista. Cualquier fenómeno meteorológico adverso se magnifica cuando ocurre en Madrid. Por ejemplo, la lluvia fuerte en la ciudad se presenta casi como si España entera se estuviera ahogando. De manera paralela, la nieve sólo tiene importancia al cubrir la Cibeles o los destrozos del granizo son más significativos en el Retiro que en la Ribera del Duero en Septiembre.

Pero hablando de climatología, siempre se suele introducir un elemento que ayuda a que el centralismo no sea absoluto. Se trata de la playa de La Concha, en Donosti. Si llueve, en seguida aparece la imagen de la arena húmeda de la playa de la Concha. Para ilustrar una nevada, nada mejor que la playa de la Concha cubierta de un manto blanco. Y el calor axfisiante queda bien plasmado a través de una ristra de sombrillas que atestan el arenal. Todo ello acompañado, claro, de la correspondiente panda de surferos o de algún loco del mar que nunca pierden la oportunidad de zambullirse en sus aguas, haga como haga.

Por cierto, esta semana nevó en Madrid. Y me dio lo mismo. Me debo preocupar, esto es peor de lo que imaginaba.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Vivir


A veces, la vida se puede resumir a través de las sensaciones sobrevenidas en instantes muy particulares. Por ejemplo, durante sólo 5 segundos, iluminados a intervalos por múltiples ráfagas de una luz flasheada de color blanca. Lo más inmediato era presenciar una escena compuesta por decenas de brazos en alto, que servían para identificar la presencia de otras tantas personas dando saltos enloquecidos al ritmo de una música de escándalo. No sé a qué velocidad funciona el cerebro ni el ritmo habitual de generación de ideas, pero reconozco que, durante esos escasos 5 segundos, reflexioné sobre los siguientes aspectos (sin duda, todavía me encontraba colapsado tras disfrutar de uno de los más famosos espectáculos a los que se puede asistir en la actualidad):

  • No sé si yo pertezco ya a este mundillo.
  • Es una buena forma de celebrar el día que es.
  • Madrid está muerto.
  • Tengo calor.
  • Me da igual que mi vuelo saga en 3 horas.
  • Me gusta sentirme vivo.
  • Tengo la impresión de estar solo.
  • Esto es una pasada.
  • No quiero seguir así.
  • Vaya, sí que ha sido un día completo.
Ahora tan sólo falta disfrutar de los 86.395 segundos restantes del día.


lunes, 9 de noviembre de 2009

Quizás quiso decir `Valencia´


Palencia es una ciudad extraña. Me salen madres por doquier.

En el quiosco, comprando El País del domingo:
- ¿Cuánto es?
- 2.20, hijo.

En el monasterio, comprando unos hojaldres:
- Gracias, hasta luego.
- Adiós, hijo.



A pesar de tanto maternalismo, Palencia es una ciudad cada vez más triste y solitaria. Incluso Google avanza que está dejando de existir. Tan sólo hay que probar a teclear en el buscador "Palencia agenda actividades" para que automáticamente te intente corregir, por si te has equivocado en una letra. No, quería una "P".


sábado, 7 de noviembre de 2009

Cambio - Exchange


Comencé a ser consciente de que algo estaba empezando a cambiar en mí la primera vez que devolví el recibo de la cuota semestral del partido al que llevo afiliado desde hace algunos años. Y me sentí bien. Después le siguieron muchas discrepancias con la ideología manifestada, así como con su práctica formal. Pero en política, como en la Iglesia, no se ve con buenos ojos el debate libre. Me siento cada vez más independiente y eso me hace encontrarme perdido.

Es mucho más fácil afrontar la vida siguiendo las directrices que algún orador carísmático impone a su rebaño. Así no se tiene que pensar y se encuentra en la organización el refugio adecuado a cada circunstancia. Sin embargo, a uno le deja descolocado el hecho de observar la propia evolución. Quizá sea cosa de la edad, de la modificación de las circunstancias personales, del entorno... El hecho es que, sin llegar a perder los principios básicos que definen la moralidad de uno, se dejan de compartir muchos planteamientos sociales. Sobre todo aquellos que atentan contra el argumento que cada vez más considero irrenunciable: la libertad.

Está todo hecho un lío y las sensaciones negativas abundan al aventurar un futuro pesimista. Parece que todos son iguales. Y yo creo que ya no soy de los míos. Lo que ocurre que es tampoco quiero ser de los otros. Ninguna de estas cuestiones debe resultar tan extraña, dado que atravesamos un momento en el que El Mundo editorializa con inquietud furtiva contra el llamado líder del PP, mientras que El País tiene a bien criticar a un gobierno a la deriva. Claro que mejor no entrar a evaluar la cuestión de fondo que mueve a los redactores de los artículos de uno y otro periódico.


miércoles, 21 de octubre de 2009

Desasosiego


Me cruzaba con él todas las mañanas, concretamente en el tramo de la Ronda de Atocha que discurre entre la calle Valencia y el museo Reina Sofía. Con el tiempo y ayudado por cierta obsesión, había aprendido a acomodar mi jornada laboral, en principio flexible, a una entrada fija. Así, siempre apresurado, salía todos los días a la misma hora de casa, en torno a las 07:45h de la mañana. A él lo encontraba, sin embargo, caminando tranquilo hacia la Glorieta de Embajadores. Fue lo primero que me llamó la atención: aquel insultante sosiego con el que se tomaba el despertar cercano.

Todo esto comenzó a principios de Septiembre, cuando la actividad masiva regresa a Madrid de manera compulsiva. Al cabo de casi una semana de encontrármelo a diario, ya tenía una idea bien perfilada del motivo de su reiterativa presencia. Se trataba, sin duda, de un recién diplomado en enfermería que acababa de llegar a la capital desde alguna provincia del sur. Compartía piso con otros inmigrantes en Leganés (quizá en Fuenlabrada) y se desplazaba todas las mañanas en Cercanías hasta la estación principal. Siempre cogía el mismo tren y después se dirigía hacia alguno de los centros asistenciales que las mutuas privadas tienen ubicados por el centro.

Mi imaginación no tenía límites, pues el recuerdo de su imagen ocupaba cualquier hueco que permitía mi ajetreo habitual. Procuraba arreglarme más e incluso vestía de nuevo traje y corbata. Todo con tal de que se fijara en mí. Me costó dos semanas. Durante la primera, sólo se le extraviaba una mirada despistada. Ya en la segunda, se manifestó con furtivismo. Después dejó de ocultar que cada día me observaba llegar desde lejos, e incluso me parecía apreciar un atisbo de sonrisa entre esos labios carnosos, sonrosados, que me traían loco.

Una mañana en la que se había ido la electricidad en casa y me costó más de lo habitual meterme en la ducha, salí especialmente acelerado a la calle. Me tropecé con él al doblar la esquina de La Casa Encendida. Por instinto, le pedí perdón. No te preocupes, me contestó mientras me rozaba el brazo, que aquel día llevaba descubierto dado que San Miguel se estaba manifestando en su plenitud. Lo hizo con una suavidad tal, que me estremecí. Su caricia, si es que lo fue, había constituido una de la situaciones más eróticas de mi vida.

Transcurrían los días y yo cada vez lo pasaba peor, de pura frustración. Le veía alejarse todos los días, desaparecía tras la Casa de Baños. A veces, él también se giraba, ocasionando alguna que otra incomodidad e incapacidad de reacción. Tenía que pasar algo ya. Y sucedió ayer. Ayer estaba predestinado a ser un día más, pero no dejé que así fuera. Ayer salí de casa abrochado hasta las cejas por el frío y por el viento, que habían transformado de repente a Madrid en una ciudad encantadora. Ayer le encontré a la altura de la vinoteca. Ayer nos seguimos con la mirada, nada nuevo. Ayer, cuando me rebasó, me di la vuelta para no perder su perfil, como ya tenía por costumbre. Ayer él también hizo lo propio, pero esta vez yo estaba dispuesto a que no quedara ahí.
Ordenados directamente desde mi estómago, que había dado vacaciones temporales al cerebro, mis pies reanudaron la marcha hacia él. Cada vez me aproximaba más despacio, pero decidido, porque se detuvo y adelantó con su pulcra sonrisa el recibimiento que tuve a continuación. Nos besamos con pasión, como faltándonos tiempo, queriendo descargar en esos escasos segundos toda la tensión que habíamos acumulado durante dos meses y medio de oscuridad sobrevenida. Nos apretamos todo lo fuerte que pudimos, pasándonos las manos por cada centímetro de piel que permitimos penetrar, hasta que, de pura excitación, nos quedamos sin respiración.

- Hola.
- Hola.
- Me llamo David.
- Ya lo sabía. Yo Manel.
- Nos vemos mañana.
- Claro.
- Adiós

Ayer me despedí de él. Junto a las ramas derramadas de un árbol que no había podido soportar la violencia de la noche, susurré un adiós. Empecé a temblar y no supe siquiera balbucear algo más convincente.
Ayer tuve varios sueños. Rotos los lazos que nos unen a los desconocidos, hoy he cambiado el trayecto hacia la parada del bus.

martes, 20 de octubre de 2009

Todo mojado


Primer temporal del otoño. Lo que no llueva entra el 15 de octubre y el 15 de noviembre no caerá ya durante el resto del año. De hecho, está recién estrenado el calendario hidrológico. Época de setas y de castañas. Antaño también de cacahuetes fritos los sábados por la tarde, como preludio de una sesión de fútbol nacional amenizado por pizza casera y sandwichs de salami.

Es curioso percibir cómo los fenómenos (atmosféricos), en principio regidos por las leyes del caos, se suceden con extraordinaria regularidad.

sábado, 10 de octubre de 2009

Soy un náufrago


El perro se cansó pronto de discutir sobre si el hecho de ser negro le había ocasionado algún inconveniente en la vida. No es de mucho reflexionar él, así que enseguida se puso a jugar a tírame un palo que yo voy corriendo a recogerlo y después me lo como. Mientras tanto, yo me entretenía asumiendo el desencanto ante la situación político-económica española.

Pero mi ensimismamiento pronto se rompió al verme sorprendido por una escena ciertamente exótica. Una pareja de viejecitos estaba caminando sobre el río. No puedo asegurar que su único interés consistiera en cruzar al otro lado, puesto que la mujer se detenía a menudo, muy concentrada en el trabajo de ganchillo que llevaba entre sus manos. En esto, sugirió ir al Burger King a tomar un café, a lo que su abnegado marido respondió con un leve gesto de morros, al tiempo que giraba aguas arriba. Sólo entre dientes llegó a proponer: pues yo me tomaré un sandy de caramelo.

Es todo muy extraño, un drama, me atrevería a decir. Ese punto de garbanzo ya no se lleva. Ahora están más de moda los ochos.

martes, 29 de septiembre de 2009

Esto no debería ser así



Día gris, fresco, húmedo. Tristón. Se podría decir que tipicamente otoñal, pues incluso algunos árboles ya manifiestan signos de querer cambiar de tonalidad. Siendo honesto, desde mediados de agosto muchos ejemplares ya venían cubriendo sus ramas de mantos de hojas parduzcas. Sobre todo los castaños, que cada vez soportan peor la isla de calor contenida en el centro de Madrid.

Hay especies que tienen los días contados en esta ciudad. Aunque se haya convivido con ellas "durante toda la vida", las cosas cambian. El clima, también. Y un caballo no puede plantarse en un mirador. Está fuera de lugar.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mirando para otro lado


Hace un par de años colocaron en el paseo del río unas monísimas vallas de madera, aprovechando la subvención que los trabajadores alemanes tuvieron a bien realizarnos a través de los Fondos de Cohesión Social. Como no podía ser de otra manera, el endeble material empleado ya se ha descolingado, debido sobre todo a actos vandálicos durante los fines de semana.

Con independencia de que mi sueño erótico consista en hacer botellón con una panda de adolescentes desbocados (no descartando el que luego, en un momento de éxtasis, haya que atacar alguna comisaría de policía), lo que no se puede hacer es mirar hacia otro lado. Existe diversión mal interpretada, sí, al igual que hay putas en Montera o maricas en Palencia (que van de la mano por la calle Mayor -sí, es verdad). Se pueden plantear premisas que arrojen un mundo feliz como situación de partida. Pero la realidad, la mayoría de las veces, no es así. Habrá que ajustarse a ella.


lunes, 14 de septiembre de 2009

Final del verano


Se acabó, aunque apenas me haya enterado de su existencia. El primer frente frío atlántico, típico de la nueva era, ha penetrado por el suroeste de la Península Ibérica, ocasionando un descenso brusco de las temperaturas y fuertes precipitaciones en la fachada mediterránea. Incluso en Sierra Nevada se han visto algunos copos de nieve anticipada.

Ha resultado un verano extremadamente caluroso, casi parecido al sufrido durante 2003. Aunque las temperaturas sólo ocasionalmente han superado la cota de unos agradables 39ºC, se han sucedido semanas en las que éstas permanecieron muy elevadas. Por fin me puedo poner de nuevo algo de ropa en casa, pues no me gusta andar desnudo (no sé si mis vecinos piensan igual).

Ahora toca disfrutar del otoño. Octubre es una de los meses más especiales en Madrid, quizá junto a Abril. Pero la vuelta masiva a la actividad también tiene sus cosas malas. Por ejemplo, el gimnasio se ha vuelto a petar. Aunque al menos se ha apuntado algún bakala-macarra-chico_de_barrio, que hace muchos ejercicios de body pump para fortalecer sus glúteos. Hay cosas que nunca cambiarán.

martes, 1 de septiembre de 2009

Una contra otra



Hubo un tiempo en el que decía que me podían poner la foto de cualquier trocito de fachada y reconocer el lugar exacto donde había sido tomada. En mis mejores momentos de ciclista frustrado, me conocía Palencia de Pe a Pa (de Palencia). Estaba al día de todos los acontecimientos que tenían lugar en cualquier rincón de la ciudad, sobre todo los de tipo constructivo. Creo que uno se siente de la ciudad en la que se para a ver transcurrir las obras, cual prototipo de jubilado.

Recuerdo a Madrid levantado desde el día que llegué. Pero ahora es cuando soy de verdad consciente de la peatonalización de Fuencarral y Montera, del sempiterno acerado de la Glorieta de Carlos V o del nuevo aspecto que algún día tendrá Sol. Por cierto, la reurbanización de algunas calles céntricas está dejando al descubierto adoquines del siglo XIX y los caminos de hierro que empleaban los tranvías para desembocar en la Red de San Luis. Pero enseguida se vuelven a cubrir de asfalto y me da rabia. Estoy por pensar que al final no soy tan moderno, y que me gusta más lo tradicional. O lo antiguo, quizá.

Definitivamente, ya soy de Madrid. Cuando vuelvo a Palencia, me veo más turista que otra cosa. Y si llevo a alguien, pues toca de guía. Además, soy de los buenos. Aunque el nombre de algunas calles ya se me estén olvidando y todavía no conozca por dónde han metido el flamante carril bici.

Tengo ganas de cortar cabezas.

martes, 11 de agosto de 2009

Estrella


Me recuerdo bajo un puente y con mucho tráfico rodeando un gran edificio de El Corte Inglés. Supongo que sería el de Castellana, junto a la antigua entrada a Cercanías de Nuevos Ministerios. Mi madre al lado, pues habríamos venido a Madrid de excursión, acompañando a mi padre, que seguramente tendría una reunión en el sindicato.

Entonces, venir a la capital me excitaba, con tanta actividad por todas partes. Aquel día creo que fuimos al Museo de Cera, visita tradicional. En verano nos acercábamos al Zoo o al Parque de Atracciones.

Aproximadamente 25 años después vivo aquí. Cuando mi hermana veía pasar los días plácidamente sentada en el sofá, quejándose de que nadie la venía a buscar para ofrecerle el trabajo de su vida, consideraba que unos nacen con estrella y otros estrellados. Y pienso todas estas cosas sin sentido mientras escucho a Mari Trini y preparo la maleta para irme a Benidorm. El recorrido del glamour. Cambiar todo para volver atrás.

domingo, 2 de agosto de 2009

Sobrevivir a agosto



En algún momento se me ocurrió pensar que las putas, en cierto modo, podrían llegar a disfrutar con su trabajo. Me siento como una puta. Y ahora puedo asegurar que no es nada agradable.

Dura la vuelta a Madrid. Parece que acabo de regresar, aunque llevo ya un mes aquí. Quizá es que no quiero acabar de ser consciente de ello. Seguro que todo se puede arreglar si pinto la casa. Para quitarle el color. Cualquier cosa con tal de sobrevivir a este agosto.

sábado, 20 de junio de 2009

Calvario



Tumbado en el césped de la piscina municipal, algo acurrucado para poder soportar con dignidad el fresquito matutino. El libro de la derecha alzado en la mano, cuyo volumen opaco lo aprovecho para tapar el sol. Azul alrededor del texto, sin nubes. Lo atraviesan, eso sí, algunas cigüeñas, que vienen saciadas del vertedero. Y las campanas de la catedral que, al fondo, intentan competir con la banda de trompetas y tambores que ya está ensayando para las próximas fiestas de los barrios.

Una glorieta en construcción y una avenida que sólo tiene un carril para ida y otro para vuelta. Está toda Palencia levantada, es imposible moverse. Los atascos son infernales, horroroso todo.

Saludos allá donde vayas. Referencias acerca de las personas que tienes alrededor. Y el camarero que no deja de mirarme. Pero claro, como para decir algo aquí.

Para un rato bien, pero esto es como un calvario. Por supuesto, según mi estilo y persepectivas de vida actuales.

jueves, 18 de junio de 2009

Las pinzas de colores



Actualmente dos asuntos son los que ocupan la mayor parte de mis pensamientos:

  1. A la vuelta del gimnasio, la toalla pequeña hay que tenderla en la cuerda con las pinzas verdes. La toalla grande queda prendida con las rojas. Y los pantalones cortos se sujetan con las de color amarillo. Tengo dudas de que ésta sea la forma buena de hacer las cosas.
  2. Los liberales en el terreno económico suelen ser conservadores en cuanto a principios sociales. ¿No se puede ser progresista y defensor también de la libertad en los mercados?
Estoy hecho un lío.

lunes, 15 de junio de 2009

¡Cielos!



Repasando mis fotos, soy consciente de que me gusta mucho el cielo. No sé si por razones estéticas o más bien derivado de mi tendencia natural a la evasión.

Los sueños constituyen quizá la gran manifestación de libertad para los que viven reprimidos. Cuando era joven, me levantaba durante las noches de verano envuelto en sudor. Simple cuestión de calor. Ahora también me despierto mojado. Sólo que me veo follándote, acompasando mis movimientos al ritmo de tus besos. La desilusión viene cuando descubro en la oscuridad que te he sustituido por una almohada.

viernes, 12 de junio de 2009

Perdurabilidad


A veces asusta cuán fácilmente podemos suscribir palabras escritas hace más de 2.400 años. Quizá el ser humano sólo evoluciona para no aburrirse de hacer las cosas siempre igual. Pero nuestro alma permanece imperturbable.

Considera primeramente esto: si crees que alguien preferiría gobernar entre temores a dormir tranquilo, teniendo el mismo poder. Por lo que a mí respecta, no tengo más deseo de ser rey que de actuar como si lo fuera, ni ninguna otra persona que sepa razonar. En efecto, ahora lo obtengo de ti todo sin temor, pero, si fuera yo mismo el que gobernara, haría muchas cosas también contra mi voluntad. ¿Cómo, pues, iba a ser para mí más grato el poder absoluto, que un mando y un dominio exentos de sufrimientos? Aún no estoy tan mal aconsejado como para desear otras cosas que no sean los honores acompañados de provecho. Actualmente, todos me saludan y me acogen con cariño. Los que ahora tienen necesidad de ti me halagan, pues en esto está, para ellos, el obtener todo. ¿Cómo iba yo, pues, a pretender aquello desprendiéndome de esto? Una mente que razona bien no puede volverse torpe. No soy, por tanto, amigo de esta idea ni soportaría nunca la compañía de quien lo hiciera.

domingo, 7 de junio de 2009

Rescátame



05/06/2009
Un paseo por El Retiro, camino hacia la Feria del Libro, es un buen momento para reflexionar sobre las diferencias sociales. Los parques de juegos infantiles están muy bien vigilados por chicas de diversa procedencia, pero entre las que proliferan sudamericanas y del este de Europa. Sin duda, están dando un respiro a los uniformados niños, que probablemente se axfisian entre las paredes de los palacetes de sus privilegiados padres. Supongo que estas chicas para todo podrán cobrar en torno a 1000 € mensuales. No me cabe en la cabeza que alguien pueda ganar lo suficiente como para que le sobre tal cantidad de dinero al mes con la que poder entretener a su descendencia.

16/11/2007
La decoración tenía que ser de Miró.
Creo que necesito antibióticos de amplio espectro y medicación para todo. Me puede joder el hígado, pero a base de atiborrarlo de alcohol tampoco es que tuviera muchas expectativas. Que me vayan quitando las pastillas poco a poco, hasta que descubran si es lupus u otro tipo de mal.

Deambular por las calles, sin saber en búsqueda de qué. Ni siquiera tengo claro qué me falta, como para tener que buscarlo. Ni siquiera estoy seguro de estar buscando algo. Me cruzo con un chico y me imagino cómo podría ser la vida a su lado. Me gustaría más que la actual. Es guapo, me llaman la atención sus rasgos, parece buena persona. E inteligente, tendríamos grandes conversaciones. Mírame tú también, deténte un momento. Ven a por mí y rescátame. Incluso podríamos evadirnos hacia lugares que cuando era joven me provocaron ilusiones húmedas.

Pasó de largo, éste también. Me tengo que quedar conmigo mismo, aunque no me soporte. Pero, mientras tanto, ahogo mi ansiedad entre gotas de un dulzor amargo que relamo como si la felicidad me fuera en ello. ¿Ves? A veces no es necesario pronunciar nombres. En primera persona, también puedo hablar de ti.



lunes, 1 de junio de 2009

Y católico si hace falta


Madre mía madre mía madre mía madre mía. Uno que entra a la home de Orange para ver si han colgado algo de lo que hemos subido a Producción este fin de semana y me encuentro con semejante foto. Nos vamos a recrear bastante durante las próximas temporadas gracias a Florentino.


sábado, 30 de mayo de 2009

Los signos inequívocos


Siempre me gustó más la economía de la calle que la de las pizarras. Es verdad que sobre el papel se soporta casi cualquier cosa. La manipulación de variables te concede cierta sensación de poder, al poner en marcha el sistema y observar qué le ocurre al modelo ante un cambio en sus condiciones iniciales.

Pero se disfruta mucho más sintiendo la economía. Y, en este sentido, la tan ansiada recuperación de esta crisis tan horrorosa que estamos padeciendo ya empieza a notarse en la calle. Se trata de pequeños síntomas que, sin duda, son los más fiables. Por ejemplo, otra vez huele a sudor en la entrada de Cercanías de Aluche y, en los últimos días, casi están ocupados por completo los asientos del tren. Quizá se trate únicamente de los efectos del FEIL, pero el carro se ha puesto en marcha.

Para celebrarlo, un paisaje mironiano.

martes, 26 de mayo de 2009

Palentinismo


Cada vez que vuelvo a Palencia, me llama más la atención el tremendo acento que tenemos en esta tierra. Los cambios constantes en la entonación, conjugados con lo directo del lenguaje, distinguen a la legua a los oriundos de este secarral castellano. Se aprecia fundamentalmente en las mujeres. Y si hay una mujer palentina conocida por antonomasia, ésa es Marta Domínguez Azpeleta.

Vamos a perdonarla su apoyo al PP y que incluso en las anteriores elecciones municipales se presentara en sus listas, para llegar a ser concejal de deportes (como fenómeno curioso, los socialistas de la capital constituyen un lunar rojo entre la marea azul que lo circunda). Tengo grabadas en la memoria las imágenes de la carrera de los 5.000 metros obstáculos de los últimos Juegos Olímpicos de Pekín. Su tropiezo y caída en la pista, incluida una pérdida moméntanea de consciencia, nos dejaron a muchos sin respiración. Sin embargo, al final de la competición, se acercó al stand de TVE para una rápida entrevista. La sonrisa que nos regaló y el derroche de optimismo que mostró tras el nefasto momento que acababa de atravesar, me sirven como modelo en no pocas ocasiones. Aunque me tenga que forzar a ello.



viernes, 22 de mayo de 2009

Taladros


Con la excusa de la repentina incorporación a mi anodina vida de la primera bolsa de aire sahariano de la temporada, me he rapado el pelo. Hacía calor, sudaba mucho en el gimnasio y mis rizos ya no son los anillos dorados que me adornaban cuando era preescolar (para regocijo de mi madre). Como de costumbre, mi peluquero me hizo lo que quiso, aunque esta vez le pareció oportuno otorgarme un cierto toque de modernidad, plasmado en un atisbo de flequillo.

A mis compañeros no les ha gustado el nuevo look. Pero tengo tantas armas con las que contraatacar que, en seguida, les he hecho callar. En el fondo, me gusta el nuevo peinado. Es un cambio. Además, disimula las cada vez más pronunciadas entradas. Quizá sea el primer signo de deterioro físico, que pude también corroborar al observar cómo la sábana oscura que me cubría mientras me cortaba el pelo quedaba plagada de espeluznantes filamentos blanquecinos.

Las evidencias espirituales son todavía mayores. Me han llegado a decir que en los últimos tiempos luzco una apariencia... diferente. Sí, claro, he envejecido, y de la peor forma. De un día para otro. Porque creo reconocer que uno se hace mayor justo en el momento en el que descubre que la vida es una auténtica putada.

Por cierto, estos primeros sofocos han llevado a la eclosión de los huevos de mis queridas huéspedes, las polillas africanas. Gracias a los gusanos que tan amablemente me prestan, mis geranios están echados a perder. Estoy harto de los chupa savias.


domingo, 10 de mayo de 2009

Turistas españoles


Dos senderos serpenteantes pavimentados con teselas blancas muy irregulares vertebran el parque del Casino de la Reina. Se trata del mismo material que alfombra Lisboa entera.

Resulta complicado describir la sensación de sentarse junto a un murete para leer a Saramago, disfrutando del tibio sol del atardecer que penetra sin vacilación bajo la piel todavía embadurnada de invierno. Los gritos de los niños, que llegan entusiastas desde los juegos del fondo, impregnan de color el ambiente. Al lado pasean varias parejas, con ropajes de procedencias exóticas. Apenas entiendo alguna de las palabras que se cruzan. La mayoría son gente oscura, incluso negra, o tienen ojos con rasgos muy afilados. Con el libro me sumerjo en otra época de efímero esplendor, un siglo durante el cual el Tajo atravesaba mucho más alto la zona de Belém. No sé dónde estoy.

Escucho acercarse a carreras a un cachorro de cocker de pelo negro, que se para junto a mis pies y me mira, hasta conseguir que le acaricie la papada. Los dueños reclaman su atención con unas extrañas palabras, que recuerdan al acento del país del que creo provenir. Serán turistas, pensé. Serán españoles. Es igual, tampoco me parece significativo. Entonces el perro se fue y seguí leyendo. Continué viviendo.


miércoles, 6 de mayo de 2009

Energía


Ocho galletas. Es el número apropiado. Ni una menos ni una más, porque daría lugar a impar y es bien conocido que proporciona mala suerte empezar el día de ese modo. Con dos por debajo me quedaría con hambre, mientras que incrementándolas en dos me empacharía. Ocho galletas colocadas de dos en dos. Untadas con margarina y mermelada. Así me las preparaba mi madre cuando iba al cole, ya fuera por la noche, antes de acostarse, o por la mañana, levantándose conmigo.

Vuelvo a desayunar galletas, pero con algunas diferencias respecto a entonces. Las compro integrales o con trocitos de soja. La mermelada es de arándanos, porque una de las muchas oftalmólogas que he visitado en Madrid mencionó en cierta ocasión que es buena para la vista. Por último, ahora uso mantequilla. Mi madre nos daba ese otro sucedáneo vegetal porque en aquella época se decía que era más saludable. No puedo precisar si se trata de los mismos años durante los cuales daba miedo consumir aceite de oliva. Aunque quizá eso ocurrió antes de que yo naciera. Pero es que tengo tendencia a recordar cosas que ocurrieron cuando yo ni siquiera era un proyecto.

La mantequilla es light, por supuesto.