viernes, 28 de noviembre de 2008

En rosa



Con el metro abarrotado a la hora de salida en masa de la oficina, me tuve que apretar contra ti. Tú en el asiento del fondo. Yo apoyado en la puerta. Tanto me presionaba la cerilla de al lado, que acabé aplastado junto a tu brazo izquierdo. Pero ni te enteraste, pues ya estabas dando cabezadas. Tu día debió resultar muy duro. Las clases, supongo, combinadas con el último fracaso personal. Determinaste, inconsciente, que mi costado era el mejor reposo para tu cabeza. Por eso, te comencé a acariciar el pelo, con riesgo de deshacer sus improvisadas ondulaciones. Para terminar siempre en tus cejas, apenas seda en ciernes. La pareja de enfrente nos miraba con aire entre complacido y melancólico. Siete estaciones pasaron.

Entonces te despertaste. Al permitir fluir la mirada, tus ojos saltones se encontraron con mi rubor. Tus labios trataron de desprender un susurro que quedó atrapado entre sus carnes. Pero acerté a entender

Hola. Me llamo Miguel.

Eso dijiste. Tu nombre. Así fue cómo aprendí tu nombre. Me dijiste tu nombre y yo me quedé con él.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Saberlo


Si pasáramos por la vida como un hada ignorante probablemente seríamos más felices. Aunque detrás de la máscara de carnaval se oculte mucho sufrimiento.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Aprovechando la coyuntura


De repente, el Ayuntamiento de Madrid se ha dado cuenta de que los porteros de discoteca son unos matones y ha decido iniciar un rosario de cierre de locales. ¡Qué típico resulta actuar a golpe de tragedia! Lo peor es que tales decisiones esconden la propia incompetencia del consistorio para hacer cumplir en todo momento la normativa municipal. Y es que, además, resultan lamentables las dificultades que cualquier empresario se encuentra a la hora de abrir un negocio u obtener una licencia sin disfrutar de algún guateque nocturno.

Para desgracia colectiva, Madrid carece de salas decentes para conciertos. De ahí que las grandes giras internacionales suelan pasar de largo. Otras veces uno siente vergüenza al observar qué tipo de lugares acogen eventos maltratados. La cultura no está de moda en la ciudad. A uno se le cae el alma a los pies cuando pasea por la Gran Vía observando cómo cines históricos son reconvertidos en restaurantes o cadenas de ropa, mientras otros permanecen cerrados, en un estado de semi ruina, contribuyendo así al deterioro social de la zona. La especulación autóctona también transforma teatros en apartamentos de lujo, derriba los símbolos de la memoria histórica y planifica carísimos museos a costa del bienestar de los vecinos.

Quizá la culpa la tengamos también nosotros. Por ir al cine al parque comercial de la salida de la Nacional de turno; por no vivir en el centro; por depender tanto del coche privado; por preferir la TV a Mahler; por estar atados a trabajos basura cuyos sueldos no permiten muchos aspavientos; por no tener interés en conocer la música generada al norte de un paralelo que no recuerdo; y por ser tan poco sensibles como para no poder soltar unas lágrimas ante un espectáculo de danza contemporánea. Cosas del capitalismo refundado.


lunes, 17 de noviembre de 2008

Mucho en un año


Ha ocurrido casi sin ser conscientes de ello. Tú seguro que ni si quiera de acuerdas, pues no le das importancia a esto de las fechas. Lo mismo me sucede a mí, pero es que ésta es especial. Huía de Madrid aquel fin de semana, agobiado por el entorno e impulsado por una necesidad de hacer algo diferente al encasillamiento que suelo evidenciar. Entre los destinos posibles, seleccioné Barcelona, porque tampoco quería sentirme solo.


Allí te conocí.

Era 17 de Noviembre de 2007. Sábado por la noche. (Por cierto, no sé si te habías dado cuenta de que cuando un año el día 17 de Noviembre cae en sábado, en el siguiente cae en domingo. Sin embargo, hoy es lunes. La explicación es que 2008 tuvo que ser bisiesto e incorporó en su calendario a un maldito 29 de Febrero. Es igual. Vamos a pensar que en realidad te conocí un día 18, ya que habían pasado las 12 de la noche. Es fácil resolver los entuertos siempre que haya voluntad). Estaba en una de las discotecas clásicas de lo que algunos llaman el ambiente, aunque a mí no me guste. Te pedí una copa de vodka con naranja, pero pudiste poner lo que te diera la gana, porque me quedé ensimismado mirándote. Tal estado prosiguió el resto de la noche, mientras hacia el tonto con mi acompañante. Y, curiosamente, tú tampoco dejabas de mirarme. Te hice un gesto cuando me iba, ya cerca de la hora del cierre. Pero cuando estaba en la puerta tuve que dar marcha atrás y regresé a no se qué. Hablar probablemente. Saber quién eras. Cómo te llamabas. O mirarte más de cerca. Y besarte, claro.

Desde entonces hasta ahora. Tras intensos chats, tormentas tropicales, visitas incrédulas, polvos mágicos, llamadas interminables, crisis de diversos tipos, viajes en la historia, hoteles por doquier, dudas razonables, playas prohibidas, comidas novedosas.... No ha faltado intensidad en tu mirada. También nos hemos enamorado de Kyle, aunque luego titubeamos algo Perdidos, quizá aturdidos por el humo de la shisha. Y los vinos han sustituido a tus Fantas durante muchos momentos curiosos y particulares. 

Lo que no han cambiado desde el primer día son mis ganas de que se acerque la próxima vez de volver a verte.





domingo, 9 de noviembre de 2008

Triste comparación


Palencia se muere y no sólo en las estadísticas. Con un simple paseo por la calle Mayor, donde uno no puede dejar de sorprenderse ante la cantidad de gente que se puede "permitir" estar al solillo un viernes por la mañana, se pueden apreciar cúantos locales se encuentran vacíos. Aquí, las asociaciones de vecinos dictan la política municipal. Por ejemplo, el año pasado la prioridad de la AA.VV. de El Carmen expuso al alcalde la imperiosa necesidad de contar con una fuente cibernética en el centro de Plaza de España. Y ahora presumimos de chorros. Quizá estas frivolidades se pueden permitir porque la mayor parte de las necesidades básicas ya se encuentran satisfechas. Con 80.000 habitantes, el volumen de instaciones deportivas públicas, por ejemplo, es muy llamativo: una pista de atletismo, dos campos de fútbol, tres piscinas cubiertas, cuatro al aire libre, cinco pabellones multiusosos...


Lo más preocupante es que las personas de mi generación nos hemos tenido que ir la mayoría, ya sea obligados por una necesidad laboral o axifisiados por un ambiente en el que prepondera el qué dirán. El destino predilecto ha sido Madrid. Una ciudad en la que el ayuntamiento congela las inversiones para dotaciones sociales en los barrios  porque las arcas de la villa están agotadas, desquiciadas bajo tierra. Desgraciadamente, la capital del Estado no dispone aún de suficientes infraestructuras como para permitirse semejantes lujos. La zona centro está especialmente dejada, excusándose siempre en que no existe suelo disponible. Pero para construir impresionantes museos, siempre hay hueco. Eso sí, apostamos por ser sede de los Juegos Olímpicos, que siempre queda muy bien de cara al exterior, aunque los que vivimos en Madrid no tengamos donde hacer deporte.