martes, 29 de septiembre de 2009

Esto no debería ser así



Día gris, fresco, húmedo. Tristón. Se podría decir que tipicamente otoñal, pues incluso algunos árboles ya manifiestan signos de querer cambiar de tonalidad. Siendo honesto, desde mediados de agosto muchos ejemplares ya venían cubriendo sus ramas de mantos de hojas parduzcas. Sobre todo los castaños, que cada vez soportan peor la isla de calor contenida en el centro de Madrid.

Hay especies que tienen los días contados en esta ciudad. Aunque se haya convivido con ellas "durante toda la vida", las cosas cambian. El clima, también. Y un caballo no puede plantarse en un mirador. Está fuera de lugar.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mirando para otro lado


Hace un par de años colocaron en el paseo del río unas monísimas vallas de madera, aprovechando la subvención que los trabajadores alemanes tuvieron a bien realizarnos a través de los Fondos de Cohesión Social. Como no podía ser de otra manera, el endeble material empleado ya se ha descolingado, debido sobre todo a actos vandálicos durante los fines de semana.

Con independencia de que mi sueño erótico consista en hacer botellón con una panda de adolescentes desbocados (no descartando el que luego, en un momento de éxtasis, haya que atacar alguna comisaría de policía), lo que no se puede hacer es mirar hacia otro lado. Existe diversión mal interpretada, sí, al igual que hay putas en Montera o maricas en Palencia (que van de la mano por la calle Mayor -sí, es verdad). Se pueden plantear premisas que arrojen un mundo feliz como situación de partida. Pero la realidad, la mayoría de las veces, no es así. Habrá que ajustarse a ella.


lunes, 14 de septiembre de 2009

Final del verano


Se acabó, aunque apenas me haya enterado de su existencia. El primer frente frío atlántico, típico de la nueva era, ha penetrado por el suroeste de la Península Ibérica, ocasionando un descenso brusco de las temperaturas y fuertes precipitaciones en la fachada mediterránea. Incluso en Sierra Nevada se han visto algunos copos de nieve anticipada.

Ha resultado un verano extremadamente caluroso, casi parecido al sufrido durante 2003. Aunque las temperaturas sólo ocasionalmente han superado la cota de unos agradables 39ºC, se han sucedido semanas en las que éstas permanecieron muy elevadas. Por fin me puedo poner de nuevo algo de ropa en casa, pues no me gusta andar desnudo (no sé si mis vecinos piensan igual).

Ahora toca disfrutar del otoño. Octubre es una de los meses más especiales en Madrid, quizá junto a Abril. Pero la vuelta masiva a la actividad también tiene sus cosas malas. Por ejemplo, el gimnasio se ha vuelto a petar. Aunque al menos se ha apuntado algún bakala-macarra-chico_de_barrio, que hace muchos ejercicios de body pump para fortalecer sus glúteos. Hay cosas que nunca cambiarán.

martes, 1 de septiembre de 2009

Una contra otra



Hubo un tiempo en el que decía que me podían poner la foto de cualquier trocito de fachada y reconocer el lugar exacto donde había sido tomada. En mis mejores momentos de ciclista frustrado, me conocía Palencia de Pe a Pa (de Palencia). Estaba al día de todos los acontecimientos que tenían lugar en cualquier rincón de la ciudad, sobre todo los de tipo constructivo. Creo que uno se siente de la ciudad en la que se para a ver transcurrir las obras, cual prototipo de jubilado.

Recuerdo a Madrid levantado desde el día que llegué. Pero ahora es cuando soy de verdad consciente de la peatonalización de Fuencarral y Montera, del sempiterno acerado de la Glorieta de Carlos V o del nuevo aspecto que algún día tendrá Sol. Por cierto, la reurbanización de algunas calles céntricas está dejando al descubierto adoquines del siglo XIX y los caminos de hierro que empleaban los tranvías para desembocar en la Red de San Luis. Pero enseguida se vuelven a cubrir de asfalto y me da rabia. Estoy por pensar que al final no soy tan moderno, y que me gusta más lo tradicional. O lo antiguo, quizá.

Definitivamente, ya soy de Madrid. Cuando vuelvo a Palencia, me veo más turista que otra cosa. Y si llevo a alguien, pues toca de guía. Además, soy de los buenos. Aunque el nombre de algunas calles ya se me estén olvidando y todavía no conozca por dónde han metido el flamante carril bici.

Tengo ganas de cortar cabezas.