viernes, 24 de diciembre de 2010

Encogimiento


Es difícl escoger un recorrido para correr por Palencia sin salirse del término municipal. Aquí uno se siente como si estuviera en Liechtenstein, con necesidad continua de dilatación. No sé cómo lo hacía Marta en su día. Ahora ya no creo que se atreva a salir a entrenar y no sólo hablo de su estado de buena esperanza. Me ha dado tristeza al comprobar que incluso han quitado su foto de la fachada del Diario Palentino. Lo siguiente será que cambien el nombre del pabellón municipal de los deportes. Hay cosas que son inevitables.

Por lo demás, se ha ido el otoño y se nos ha metido el invierno en los huesos. Se ha ido también la energía. Durante los últimos años viene ocurriendo siempre igual. Mucho frío repentino. Por eso, se agradece cualquier dosis de cercanía y calidez espontánea. Aunque terminen por salir sabañones y tenga la lengua quemada por un caldo ardiente. Parece mentira que sea de Daft Punk una de las canciones de amor más bonitas y acertadas que jamás haya escuchado.



martes, 7 de diciembre de 2010

Reflexiones profundas



La Liga de Fútbol española es cosa de dos. Lo viene siendo desde hace muchos años, con intrusiones esporádicas de algún afortunado, llámese Deportivo de la Coruña, Atlético de Madrid o Valencia CF. Entiendo que en otros países europeos sucece prácticamente lo mismo, puesto que la dictadura de los cánones televisivos ha desembocado en un torneo muy desigual.

Es momento de superar el carácter nacional de la competición. La Champions League, con su sistema de partidos quincenales en la primera fase y duelos a doble enfrentamiento a partir del inicio del nuevo año, tampoco es la solución. Supongamos una liga europea de verdad, con partidos cada fin de semana. Las ligas nacionales no desaparecían, sino que se transformarían en una especie de segunda división, en la que el premio consistiría precisamente en el ascenso al nivel europeo. Cada país tendría una representación mínima en la nueva competición, con un número inicial de clubs proporcional a su peso en la UEFA.

Evidentemente, se pondrán toda clase de excusas patriotas para atacar esta idea. Pero los medios de transporte permiten realizar vuelos continentales sin la menor complicación (salvo huelga de pilotos, erupción volcánica, boicot de controladores, huelga general en Francia, amenaza terrorista, ola de frío polar...). La competición sería más entre iguales. El deporte ganaría. Y el espectáculo sería fabuloso.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sin taxi no hay paraíso


Es difícil encontrar un taxi en la Gran Vía un viernes de finales de Noviembre a las 6 y media de la mañana. Mucha cena de empresa. Muchos locales cerrados. Mucho frío. Resulta complicado.

Aun así, teníamos prioridad en la cola improvisada que se organizó junto a la Red de San Luis. Sin embargo, no asomaban luces verdes ascendiendo desde la Plaza de España. En dirección contraria tampoco. Pero en dirección contraria me encontré con tus ojos. Clavados sobre los míos, entablamos una conversación que no requería palabras.

Cansados de esperar, que no de mirarte, decidimos regresar a casa caminando. Todos, también tú. Nos seguiste un rato, pero no lo suficiente. ¿Hasta dónde podías haber llegado? A veces, un rato no es suficiente.

Es difícil olvidarlo. HOLA.

domingo, 22 de agosto de 2010

Lo que queda


Pocas veces algo en principio tan ajeno a la realidad inmediata me ha afectado tanto. Con la muerte de José Saramago se ha ido uno de los referentes para entender las pequeñas cosas del día a día. Y los asuntos verdaderamente importantes de la vida. Todo ello asimilándolo siempre con una cierta media sonrisa pícara e irónica que suele acompañar su lectura.

Como intuyendo lo que se avecinaba, terminó así su última novela: La historia ha acabado. No habrá nada más que contar. Me resulta incomprensible acudir a la librería de la esquina y no poder comprar ya su siguiente relato. Habrá que revisar las anteriores publicaciones, quizá todavía con más intensidad. Queda tanto por aprender.

sábado, 10 de julio de 2010

La unión



La selección española juega mañana su primera final en un campeonato mundial de fútbol. Este deporte es el único capaz de movilizar prácticamente a todo el país, que se encuentra paralizado durante los últimos días ante la expectación que ha generado el acontecimiento. Tengo sensaciones contradictorias al respecto. Por un lado, está claro que la sociedad necesita alguna válvula de escape ante tanta negatividad que nos rodea últimamente. Pero, por otro, considero excesivo que la noticia de apertura de los informativos sea la predicción del pulpo Paul.

Sea como fuere, un partido de alta tensión ocasiona escenas irreproducibles en cualquier otro escenario. La imagen de un inmigrante de bajo estatus abrazándose con una persona normal y corriente (español y heterosexual), sólo la puede originar la celebración de un gol cuya alegría debe ser compartida.

Espero poder superar esta sobredosis de nacionalismo exaltado, con tanta bandera bicolor colgando de cualquier balcón o cubriendo mínimimante los cuerpos de adolescentes enloquecidos. Mañana iré a ver el partido a Cibeles. Dudo si llevar mi bandera republicana o lo considerarán una provocación.


sábado, 3 de julio de 2010

Último examen


Esta mañana hice el último examen del curso. Me salió normal, ya veremos. Si miro atrás, me cuesta creer que haya sido un año tan prolífico, aunque he acabado muy cansado. Como supongo que habré aprobado todo, me quedan por delante casi tres meses para inventarme el día.

Acostarme tarde, con el Hablar por Hablar. Levantarme a mediodía. Hacer excursiones en bici con mis amigos. Cuidar de la finca. Cerrar los bares. Quizá una escapada. Salir a correr. Escuchar Los 40. Se irá improvisando.

Es una sensación curiosa. Se pasa de la plena actividad, de la intensidad agendada, a la relajación total. Probablemente será el último verano que pueda estar así. No sé lo que me espera por delante. Me da algo de "respeto" cuando me pongo a pensarlo, aunque también lo miro ilusionado. Serán muchos retos que superar, para concluir con una vida estándar. Seguro que será así. Qué otra cosa cabría esperar. Qué otra cosa me dejaría afrontar.


viernes, 2 de abril de 2010

El curso natural de las cosas


Espero que no te parezca mal, me dijo el día que le telefoneé para felicitarle por su 83 cumpleaños.
¿De qué me estás hablando?

Nada, que te he hecho una manta de lana, de ésas que tienen muchos colores. Así, al menos te queda un recuerdo de mí.

No alcanzo a imaginar la sensación que le tiene que envolver a uno cuando llega a cierta edad y tan sólo aspira a no resultar un inconveniente para los que le rodean. Teniendo en cuenta, además, que las personas que te han ido acompañando en tu devenir han ido desapareciendo de manera física. Debe resultar frustrante despertar cada día asumiendo que ya has superado la esperanza de vida que cifran las estadísticas, mientras careces de ilusiones por seguir adelante.

Sin embargo, tendemos a considerar la vejez como algo que afecta únicamente a los demás. Al igual que cualquier otra circunstancia socialmente asociada a algo negativo, cuesta aceptar que puede llegar a tocarnos también a nosotros. Sólo puede.


viernes, 5 de febrero de 2010

Encerrar el calor



En estos días de frío intenso, hay un lugar menos en Madrid donde los homeless pueden sobrevivir a la noche. Hasta ahora, ocupan un goloso cubículo que hace esquina entre las calles Argumosa y Ronda de Valencia, aprovechando la salida de ventilación del Reina Sofía. Al oscurecer, varios sacos de dormir se acomodaban sobre las rejillas metálicas y el espacio quedaba cubierto por un túnel de cartón, que evitara ojos y aires indiscretos. Sin embargo, ya no es posible seguir levantando esta efímera arquitectura, puesto que desde la semana pasada el espacio ha quedado vallado.

Apartado el problema de nuestros ojos, parece menos problema. O teníamos un problema y lo hemos solucionado, como dijeron otros. Quizá al nuevo director del MNCARS le disgustaba la imagen que proporcionaban al museo semejantes cancerberos. Afeaban la estética del entorno. Bien, quizá debería replantearse entonces qué clase de bazofia está mostrando en las salas de exposiciones. Nunca antes el museo había estado tan vacío más allá de los pasillos que albergan a los pintores y escultores ya clásicos (Picasso, Dalí, Saura, Gris, Bacon, Léger, Tàpies, Calder, Chillida, González, Oteiza, Miró...).

Me apena tener que realizar esta crítica, porque sin duda que refleja mi incapacidad para comprender ciertos aspectos del arte contemporáneo. Creo que me quedé simplemente en lo moderno, porque lo actual no me llega.