viernes, 20 de mayo de 2011

Pelo mediterráneo


Están ahí para especular sobre el modelo ecónomico.
Para criticar el sistema electoral, que penaliza a los partidos minoritarios.
Para insultar a los políticos que se ríen de los ciudadanos creyendo que se les puede robar y después quedar impunes.
Para desafiar a la justicia manipulada.
Para gritar la proclamación de la III República.
Para protestar por los recortes sociales.
Para luchar por la abolición de toda autoridad.
Para reclamar la desaparición del Senado.
Para debatir sobre la necesidad de reconocer en la práctica la existencia de 15 derechos (de obligaciones no se habla mucho).
Para denunciar la explotación del obrero.
Para exigir una ley hipotecaria que dé un poco menos de vergüenza.
Para defender los servicios públicos.
Para explotar ante su frustración.
Para descansar en algún sitio, ya que no tienen casa.
Para opinar ante cualquier grupo expectante que se sitúe a su alrededor.

Ya sea para especular, criticar, insultar, desafiar, gritar, protestar, luchar, reclamar, debatir, denunciar, defender, explotar, descansar, opinar... Estamos ahí porque ya no nos podemos aguantar. Porque estamos indignados. Porque estamos sometidos a una tomadura de pelo apenas disimulada a partir de la cual tanta gente (también muchos de los que allí se manifiestan) se aprovecha del sistema mientras muchos nos sentimos literalmente robados.

Padecemos una profunda crisis en todos los órdenes: económico, político, social, en fin, crisis de valores. Pero una crisis debe observarse más bien como oportunidad para la emergencia de un nuevo modelo más sólido y acorde con las ilusiones y el talento de todos nosotros, las personas. Se trata de reflexionar, para quedarnos con lo bueno que teníamos y apartar el lastre que nos condujo precisamente a la situación actual. Tendría que salir algo diferente.

No soy muy optimisita respecto a las consecuencias prácticas de estas movilizaciones. Si lo ceñimos al sentido del voto que tendrá lugar el domingo, probablemente incluso reforzará la mayoría prevista para el PP. Y esto equivaldrá a la ventisca que apagará la llama de la tensión, aunque quede el rescoldo. Por otro lado, está claro que no se va a respetar la jornada de reflexión, en cuanto que la JEC es otra de las instituciones que ha quedado en completo descrédito durante estos días, si es que ya de por sí tiene sentido la existencia de una jornada de reflexión. Incluso, si fuéramos serios, se debería solicitar a los partidos que esta noche a las 00:00h retiren de las calles de nuestras ciudades todo cartel en el que nos soliciten el voto. Ya está. Que gane el mejor. Que ganemos todos. Suerte, que os hace falta.