sábado, 10 de julio de 2010

La unión



La selección española juega mañana su primera final en un campeonato mundial de fútbol. Este deporte es el único capaz de movilizar prácticamente a todo el país, que se encuentra paralizado durante los últimos días ante la expectación que ha generado el acontecimiento. Tengo sensaciones contradictorias al respecto. Por un lado, está claro que la sociedad necesita alguna válvula de escape ante tanta negatividad que nos rodea últimamente. Pero, por otro, considero excesivo que la noticia de apertura de los informativos sea la predicción del pulpo Paul.

Sea como fuere, un partido de alta tensión ocasiona escenas irreproducibles en cualquier otro escenario. La imagen de un inmigrante de bajo estatus abrazándose con una persona normal y corriente (español y heterosexual), sólo la puede originar la celebración de un gol cuya alegría debe ser compartida.

Espero poder superar esta sobredosis de nacionalismo exaltado, con tanta bandera bicolor colgando de cualquier balcón o cubriendo mínimimante los cuerpos de adolescentes enloquecidos. Mañana iré a ver el partido a Cibeles. Dudo si llevar mi bandera republicana o lo considerarán una provocación.


sábado, 3 de julio de 2010

Último examen


Esta mañana hice el último examen del curso. Me salió normal, ya veremos. Si miro atrás, me cuesta creer que haya sido un año tan prolífico, aunque he acabado muy cansado. Como supongo que habré aprobado todo, me quedan por delante casi tres meses para inventarme el día.

Acostarme tarde, con el Hablar por Hablar. Levantarme a mediodía. Hacer excursiones en bici con mis amigos. Cuidar de la finca. Cerrar los bares. Quizá una escapada. Salir a correr. Escuchar Los 40. Se irá improvisando.

Es una sensación curiosa. Se pasa de la plena actividad, de la intensidad agendada, a la relajación total. Probablemente será el último verano que pueda estar así. No sé lo que me espera por delante. Me da algo de "respeto" cuando me pongo a pensarlo, aunque también lo miro ilusionado. Serán muchos retos que superar, para concluir con una vida estándar. Seguro que será así. Qué otra cosa cabría esperar. Qué otra cosa me dejaría afrontar.