martes, 2 de diciembre de 2008

La de la esquina




Me gusta comprar los libros en la librería de la esquina. La selección de títulos que realiza me parece exquisita. Se trata de un local muy pequeño, pero con tres ambientes bien diferenciados, cada uno decorado con sencillez y buen gusto. La tienda suele estar muy concurrida de público no sólo del barrio, sino llegado de todos los puntos de Madrid. Con cierta contención, me importa poco lo que me cobren por las novelas, las obras divulgativas o los artículos de regalo que incluyen entre su oferta. Considero una garantía de acierto y un placer espiritual adquirir algo allí.

Hay una librería también muy tradicional en el centro, casi al lado de la Puerta del Sol. El núcleo de sus ventas lo constituyen los libros de texto. Las colas que se forman ante su entrada a mediados de Septiembre son ya imágenes clásicas en los telediarios que informan de la vuelta al cole. Los padres se dejan entonces un dineral en material escolar. La ley lo ampara, impidiendo la libre fijación del precio de los libros de texto.

Supongamos que el Parlamento promulga una normativa que liberaliza el mercado de los libros de texto. Ya imagino a los responsables de los hipermercados frotándose las manos. Rebajarían su precio incluso por debajo del coste, empleándolo como efecto gancho para atraer a más clientes. Sin embargo, el comercio de la Puerta del Sol no se lo podría permitir y, a no ser que se recicle, probablemente acabaría cerrando. Me podría beneficiar doblemente de este abandono. Por un lado, dejaría de subvencionar artificialmente sus ingresos, fomentando que sus empleados y su capital se inviertan en otras actividades más productivas. Por otro, al ahorrarme un porcentaje considerable en la adquisición de libros de texto, podría disponer de mayor renta para gastarme en la librería de la esquina. Porque allí voy a seguir acudiendo, aunque el libro que me vendan esté también en los escaparates de la FNAC.


1 comentario:

Vulcano Lover dijo...

No me engañes... a ti de los libros de texto sólo te interesan los adolescentes que los usan :-P

Qué economista eres!!!
Qué de tu barrio eres!!!