jueves, 8 de mayo de 2008

Como agua de Mayo


Llueve. El campo se encuentra en el periodo más verde de todo el año. Ha cambiado el tiempo en el momento más oportuno dentro del ciclo de maduración del cereal, cuando comienza a aparecer la espiga y el grano toma volumen.

Se presume, por tanto, una gran cosecha, si el pedrisco de última hora no la echa a perder. De esta forma, servirá para compensar en Castilla el enfriamiento del resto de sectores de su reptante economía. Sin embargo, los agricultores no percibirán íntegramente los beneficios derivados de esta situación. Una horda de especuladores metidos a inversores, contratistas y distribuidores harán su correspondiente negocio.

Pero no pasa nada. Siempre quedarán los chinos, que consumen mucho ahora; o una tormenta en el sudeste asiático, que habrá reducido los rendimientos agrícolas; o el biodiésel o lo que sea para justificar una nueva extraordinaria crecida del precio de los alimentos. Perjudicados: los de siempre, los más pobres. Pero no pasa nada. A seguir especulando y a invertir en opciones y futuros de trigo, arroz y demás productos básicos, porque del dólar ya no se fian y las bolsas están bajo mínimos.

¿Quién trabaja de verdad en este país? O donde sea...



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