300 kilómetros por hora hacia Poniente. No es demasiada velocidad como para olvidar tu cara ilusionada de niño, despidiéndome desde el otro lado del andén.
Aún tiemblo al recordarte cogido en mis brazos, en vuelo, bajo la ballena metálica. ¿Ves como de algo sí que sirve el gimnasio?
martes, 27 de mayo de 2008
Cubismo
Etiquetas:
Barcelona
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1 comentario:
Aiiii nene! Jope, cómo me gusta esta canción! :)
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